La patrona de Utrera, la Virgen de Consolación, también conocida como «la del barquito en la mano» es una de las devociones más importantes y arraigadas de toda la provincia de Sevilla. El barco que porta la Virgen data de 1579 y fue un regalo del comerciante Rodrigo de Salinas en los momentos de máximo esplendor de la Carrera de Indias. Es una pieza de cristal, oro y roca que se hizo popular desde que la Virgen comenzó a llevarlo en su mano.
La imagen de Nuestra Señora de Consolación es una virgen sedente de estilo tardobizantino que podría ser datada a finales del siglo XIV, aunque posteriormente, durante el barroco su apariencia sería modificada adaptándose a los gustos que marcó este periodo de la historia del arte en Andalucía, siendo el principal cambio que la imagen pasó a estar erguida.
De los muchos milagros conocidos, quizás el más famoso que se le atribuye a la Virgen de Consolación es el de la lámpara de aceite. Utrera pasaba por una época de extrema necesidad, hasta el punto que no se podía ni disponer de aceite para la iluminación de la Virgen, cuando un día el ermitaño que cuidaba de su santuario comprobó como se había encendido sola y así permanecería, ardiendo durante meses a pesar de no contar con combustible.