El obispo de la Diócesis de Asidonia-Jerez, José Rico Pavés, la alcaldesa de Jerez de la Frontera, María José García-Pelayo, y el hermano superior provincial de la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios, Amador Fernández, han inaugurado el monumento dedicado al Hermano Adrián, que ya preside la rampa de salida de vehículos del Hospital San Juan Grande.
La alcaldesa se ha referido a que el Hermano Adrián “llenó de generosidad, solidaridad y amor las calles de Jerez y nos hizo darnos cuenta de lo importante que es que esta ciudad se entregue a los demás, porque entre todos tenemos que construir una vida mejor. Hay que enseñarle a las nuevas generaciones lo importante que es mantener vivo el legado del Hermano Adrián a quien recordaremos siempre recorriendo todos los rincones de nuestra ciudad”. También ha felicitado por su obra a la autora, Nuria Guerra, “una escultura que parece que tiene vida, que nos sonríe y nos mira”.
Igualmente, ha dado las gracias al obispo por su sensibilidad con Jerez, poniendo en marcha el proceso para la beatificación del Hermano Adrián. En este sentido, ha recordado que se le concedió la Distinción de Honor del Consejo Local de Mayores en 2012 y el Premio Especial ‘Ciudad de Jerez’ en 2003 y que además una avenida lleva su nombre, así como el economato del Santuario de San Juan Grande.
El hermano superior provincial de la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios ha resaltado la figura del Hermano Adrián, a quien Jerez recuerda por “mover conciencias y voluntades, a favor de los más desfavorecidos”. Ha destacado que supo ganarse a muchos con el mensaje: “hazte bien a ti mismo dando a los pobres” y ha señalado que el monumento a este “limosnero de Dios” servirá para “mantener viva su memoria y recordar que la vida sólo es valiosa cuando se entrega, y sin duda, esta imagen nos seguirá animando a extender la hospitalidad y solidaridad en nuestro mundo”.
Monumento al Hermano Adrián en Jerez
Este monumento en memoria del Hermano Adrián del Cerro persigue mantener el recuerdo de su ingente labor social a beneficio de los más vulnerables durante más de 40 años. La obra ha sido realizada por la escultora jerezana Nuria Guerra y representa al religioso en movimiento con su boina y llevando su maletín de limosnero. La escultura ha sido fundida por la sociedad Fundición a la Cera Perdida, de la localidad de Valencina de la Concepción (Sevilla), ascendiendo su importe total a 27.045 euros.