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El Cachorro, la verdadera “Saeta Sevillana”

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Foto: Hermandad del Cachorro

El Cachorro es la verdadera Saeta Sevillana del Viernes Santo. Mirando al cielo el Señor de la Expiración y al suelo María Santísima del Patrocinio, cada uno a su son, cada uno con su andar, llenan la ciudad del aroma nostálgico de una nueva Semana Santa que se acerca a su fin, pero a la vez de la vida que por el Guadalquivir respira Triana cada vez que los despide por unas horas en el Puente.

CRISTO DE LA EXPIRACIÓN

El Cristo del Cachorro nos muestra el momento de su expiración en la cruz. La imagen de Cristo fue tallada en 1682 por Francisco Antonio Ruiz Gijón. La talla está hecha en cedro real de Flandes y mide 1,89 metros.

Agustín Sánchez Cid lo restauró y consolidó los ensambles en 1940.6 En 1947 la policromía fue restaurada por el pintor Juan Miguel Sánchez. En 1973 fue restaurado por los hermanos Antonio, Raimundo y Joaquín Cruz Solís. El primer paso es de estilo neobarroco, con apliques de plata de ley, siendo iluminado por cuatro candelabros de guardabrisas en las esquinas y dos laterales, y cuatro faroles de plata.

Este Crucificado es conocido popularmente como “El Cachorro”. Una leyenda dice que se llama así porque el imaginero escogió como modelo el rostro de un gitano, que tenía ese apodo, en el preciso momento de expirar tras una reyerta, y su parecido fue excepcional. No obstante, esta leyenda probablemente sea apócrifa ya que guarda bastantes semejanzas con el Cristo de las Misericordias de Santa Cruz y la Expiración de Écija, realizado en el siglo XVII por Pedro Roldán, que inspiró a muchos autores sobre cómo debían ser los cristos expirantes.

El interior del mausoleo del arquitecto Aníbal González, en el cementerio de San Fernando, tiene una réplica del Cachorro. Esta réplica fue mandada hacer por el propio Aníbal. Fue realizada por Eduardo Muñoz Martínez y fue policromada por Cayetano González, sobrino del arquitecto.

Existió otra copia del Cachorro que fue regalada a Manuel Siurot para que estuviera en un colegio de Huelva. No obstante, fue quemada en la II República. El Cristo ha dado su nombre al puente cercano a su basílica, en la zona de Chapina. Este puente fue realizado como parte de las obras que sufrió la ciudad antes de la Exposición Universal de 1992.

VIRGEN DEL PATROCINIO

La Virgen original, obra de Cristóbal Ramos, procesionó por primera vez bajo palio en 1750. La Virgen fue sustituida en 1921 por otra de terracota de autor desconocido.

En 1924 Eduardo Seco talló los respiraderos en plata y el platero cordobés Ruiz realizó unos varales para esta virgen que hoy pertenecen a la Hermandad de los Panaderos. En 1926 fue bendecida la corona de oro de la Virgen, obra de José Moguel, durante la celebración de un culto en la parroquia de Santa Ana.5 Ese mismo año la Virgen estrenó un manto trazado por Herminia Álvarez Udell y realizado por Hijo de Olmo. Además, se creó la insignia Mediatrix, bordada en el Taller de Caro, que representa la mediación de la Virgen. La insignia fue bendecida por el cardenal Ilundain y actuó de madrina la infanta María Luisa de Orleans,5 que era camarera de la hermandad.

La talla de la Virgen fue realizada en 1973, a semejanza de la anterior imagen, por Luis Álvarez Duarte. En 1974 la Virgen llevó una nueva corona de oro, realizada por Fernando Marmolejo Camargo, y su paso palio llevó unos nuevos respiraderos, obra del mismo autor. La Virgen de Patrocinio no posee ninguna lágrima.

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