En la jornada del 17 de febrero la Junta de Gobierno de la hermandad de los Panaderos ha emitido un comunicado de seis puntos en el que explica la dimisión en bloque de la que hasta ahora regía los designios de la hermandad.
Según reza el mismo, durante los dos últimos años la junta ha sido injustamente «maltratada, vejada, insultada y vilipendiada» por un grupo de hermanos que se ha dedicado a que sea imposible llevar con normalidad el día a día y las actividades de la hermandad, afirmando estos últimos que su deseo era provocar el nombramiento de una gestora.
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Desde la celebración del cabildo general de elecciones del pasado octubre, la situación se ha recrudecido por parte de este grupo opositor, llegando incluso a amenazas y otros métodos reprochables saboteando todo lo que la junta dimitida llevaba a cabo. En esta vorágine incluso aparecieron pintadas en la puerta de la iglesia contra el hermano mayor.
En el comunicado la junta ya dimitida expone que nunca se ha actuado de mala fe y que su intención ha sido la de prestar servicio vocacional y devocional lejos de otros objetivos de cualquier otra índole. Indican que han sido unos privilegiados por estar «día a día ante la presencia de Nuestro Señor y de Su Bendita madre, María Santísima de Regla«, del mismo modo que «se han dejado la piel y la salud en el camino».
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Dan a conocer mediante el escrito publicado en sus redes sociales, que tanto el hermano mayor como el teniente de hermano mayor han sido injuriados e insultados públicamente en la puerta de la capilla e incluso en sus propios domicilios y que el daño ha sido extensivo a las familias que han padecido las situaciones en las que se han visto envueltos.
Deciden presentar la dimisión ante tanto desprecio y desprotección por parte del director espiritual, causante entre otras cosas de no haber podido celebrar un besamanos extraordinario con motivo del II Congreso de Hermandades y Piedad Popular o que el Cartero Real no haya visitado a los más pequeños en víspera de Reyes.
Por último deciden dar un paso al lado pidiendo perdón a quien se haya podido sentir ofendido o dañado y comunican que han presentado la dimisión a las autoridades competentes y que su carácter es firme e irrevocable.