En el reciente cónclave celebrado en Roma tras la muerte del papa Francisco, del que saldría elegido como nuevo pontífice León XIV; de entre todos los cardenales participantes destacaron algunos por ser los favoritos, otros por sus formas de ser y cercanía con la prensa y otros por sus trayectorias; pero de entre todos se hizo muy popular uno por ser el más joven, dándose la circunstancia que muy pocas veces a lo largo de la historia reciente de la iglesia, alguien había alcanzado el cardenalato con tan solo 45 años.
Se trata de Mykola Bichok, que fue elevado a cardenal por Francisco el siete de diciembre del pasado año, quien tomó posesión de Santa Sofía de Roma, conocida también como la iglesia de los ucranianos, el pasado domingo. Se da la circunstancia que uno de los artífices de levantar esa iglesia, realizada en la década de los sesentas del pasado siglo fue el cardenal Josyf Slipyj, arzobispo ucraniano que fue encarcelado y torturado en los campos de concentración soviéticos de Siberia, e indicó el cardenal Bychok durante el acto, que el templo “debía representar el fin espiritual de esta violencia y la llegada de una paz justa, una paz fundada no solo en alto el fuego o acuerdos políticos, sino en la verdad, la dignidad y la justicia”. Además el cardenal más joven del mundo comentó que “Santa Sofía es más que un edificio. Es un testimonio vivo de la resiliencia y la esperanza del pueblo ucraniano”.

Bychok se unió a la Congregación del Santísimo Redentor, popularmente conocida como los Redentoristas en julio de 1997, recibiendo su formación religiosa en Ucrania y Polonia, donde se licenció en teología pastoral tomando los votos en 2003 y ordenándose sacerdote en 2005.
Es actualmente eparca, rango similar al de obispo o arzobispo usado en la iglesia greco-católica ucraniana, de la eparquía de los Santos Pedro y Pablo de Melbourne para los católicos ucranianos que residen en Australia, Nueva Zelanda y el resto de Oceanía.