El papa Francisco ha recibido el alta médica y ha abandonado el policlínico Gemelli, donde estaba ingresado desde el 14 de febrero debido a una complicación respiratoria, aunque deberá mantener un periodo de reposo de dos meses prescrito por el equipo médico que encabeza el doctor Sergio Alfieri.
Antes de dirigirse a la casa de Santa Marta donde tiene su residencia habitual, Francisco salió a uno de los balcones del hospital para saludar a los fieles que se habían congregado allí.

De camino al Vaticano paró a rezar en la basílica de Santa María la Mayor, lugar donde el pontífice ha declarado en numerosas ocasiones que desea ser enterrado.
El mismo día en que recibió el alta, el Vaticano ha informado que el Papa, mientras estuvo ingresado presentó dos episodios muy críticos en los que su vida estuvo en peligro.