El paso del Prendimiento ha salido del asilo de San José en el barrio de Santiago, donde habitualmente se guarda, para comenzar el proceso de restauración que se va a efectuar sobre él.
Recientemente los hermanos aprobaron en un cabildo extraordinario la restauración del paso que tallara Manuel Guzmán Bejarano entre 1979 y 1984. Del mismo destacan las grandes volutas o roleos de la canastilla en cuyos costados se apoyan unos ángeles. Se trata de una talla de trazado y ejecución muy limpia, en la que no destacan elementos barrocos, a pesar de estar basado en este estilo artístico. Las citadas volutas imitan frontones partidos y curvilíneos que se van superponiendo a lo largo de los 220 centímetros de ancho por los 446 de largo que mide el canasto. La obra de Guzmán vino a sustituir al paso que en 1938 tallara Lutgardo Pinto.

En el Cabildo extraordinario resultó elegido por los cofrades de Santiago el proyecto formado por Ebanistería Enrique Luque en materia de carpintería, en talla el de David Medina, en dorado el de Francisco Pardo y en imaginería el que correrá a cargo de Ismael Rodríguez Viciana.
Enrique Luque que desde Málaga trabaja para toda España, se especializa en ebanistería, y su pasión por la madera se refleja en cada uno de sus productos. Desde muebles personalizados hasta restauraciones de piezas antiguas, cuenta con un amplio catálogo de servicios. Es idea de la cofradía que la mesa nueva del paso pueda ser estrenada ya de cara al próximo Miércoles Santo.
David Medina, natural de Jerez, se considera discípulo de Guzmán Bejarano, hecho de capital importancia de cara a la futura restauración porque actuaría sobre una obra de su maestro. Ha realizado diferentes trabajos para su tierra desde su taller en pleno barrio de Santiago además de Salamanca, donde ha sido el autor del paso de Pasión o para Ávila, donde talló el de la Esperanza.