«Annuntio vobis gaudium magnum: habemus papam». Más de 1400 millones de católicos esperaban ansiosos oír esta frase desde que falleciera el Papa Francisco el pasado 21 de abril, día en el que empezaba el periodo de Sede Vacante, que acababa ayer 8 de mayo.
Se confirma una vez más el viejo dicho romano que afirma que «quien entra Papa al cónclave, sale siendo cardenal», ya que el nombre de Prevost no aparecía entre los «preferitti» en ninguna de las quinielas. Por tanto y en un cónclave en la línea de los últimos, al segundo día, el orbe, la iglesia universal, y la urbi, Roma, conocieron al ducentésimo sexagésimo séptimo (267) sucesor de Pedro: Su Eminencia Reverendísima Robert Francis Prevost Martínez, que desde que aceptó nombramiento, es Su Santidad León XIV.

La elección del nombre que se usa durante el pontificado, en este caso León; suele ser una declaración de intenciones y ha vuelto a ser así. El último Papa con ese nombre fue León XIII, iniciador de la doctrina social de la iglesia, quien en su conocida encíclica Rerum Novarum dejó escrito que «la actividad pastoral en la sociología política era también una misión vital de la Iglesia como vehículo de justicia social y de mantenimiento de los derechos y la dignidad de la persona humana». Por lo que se intuye que el sucesor de Francisco seguirá con esta labor y con la iniciada por su antecesor.
Pasada las siete de la tarde, León XIV se asomó al balcón de la Basílica y sus primeras palabras fueron para desear la paz, algo que volvió a repetir en su discurso como algo por lo que hay que luchar en este mundo convulso. También habló en español recordando su paso por Perú desde 1985 a 2023, año en el que fue consagrado cardenal.

Natural de Chicago, Illinois, con madre de origen español, es el primer Papa nacido en Estados Unidos, que cuenta también con la nacionalidad peruana desde 2015: Es matemático, filósofo y doctor en derecho canónico; incluso llegó a impartir clases de física nombrado superior de los Agustinos en 2001.
Visiblemente emocionado en su primera aparición en Roma, los gestos de su cara mostraron como los nervios estaban haciendo mella en el, ante el reto que afronta, incluso con ojos vidriosos se dirigió a las más de cuarenta mil personas congregadas entre la plaza de San Pedro y la via de la Concilaiccione. Su pontificado apunta a ser una continuidad del de Francisco, toda vez que su línea es muy similar, ya que además de pertenecer a una orden religiosa, Francisco era jesuita, Prevost ha sido misionero y ha seguido muy de cerca la labor social de la iglesia, también en inmigración, asunto con el que ha tenido sonados desencuentros con el presidente Trump.
Aficionado a la lectura y a la música, juega al tenis y es seguidor del equipo de beisbol de los Chicago White Sox y del Club Alianza de Lima de fútbol, aficiones que tendrán que, en algunos casos, ser olvidadas.