Desde que monseñor Rico Pavés aprobara la celebración de la Magna Mariana con motivo del Año Jubilar del Carmen, como consecuencia del centenario de la Coronación Canónica de la Virgen, el mundo cofrade de la ciudad puso sus ojos en octubre de 2024. Pero antes debíamos llegar a Semana Santa, al 24 de marzo que sería Domingo de Ramos, pero la décimo cuarta borrasca de la temporada decidió posarse sobre nosotros. Su nombre Nelson, jamás lo olvidaremos, porque de domingo a domingo, del de Ramos al de Resurrección tuvimos incidencias meteorológicas. Semana Santa solo empeorada por las de los dos años de la pandemia de COVID. Pero como los cofrades, por lo general siempre buscamos lo positivo en nuestras cosas, hay quien llegó a decir que «Dios nos ha quitado lo que mas nos gusta (las cofradías) para darnos lo que más necesitamos (el agua para paliar la sequía)».
Al final de la primavera llegarían los LXXV aniversarios fundacionales de las hermandades de la Borriquita y de la Lanzada. El 7 de junio fue trasladado a la catedral el paso de la Lanzada, que en esta ocasión lucía una iconografía diferente ya que un ángel ante el Señor, recogía con un cáliz la sangre que habría de manar del costado de Cristo. Al día siguiente y con un extraordinario trabajo costalero, acompañado de la Centuria Romana Macarena de Sevilla, volvió a la basílica del Carmen.
La hermandad de la Borriquita trasladó en parihuela a Cristo Rey el 8 de junio, hasta la parroquia de San Juan Bautista de la Salle y Nuestra Señora de la Estrella, para retornar al oratorio del colegio de San José una semana más tarde, siendo el paso de misterio acompañado a la vuelta por la Agrupación Musical Lágrimas de Dolores de San Fernando hasta la plaza del Caballo, que en ese punto sería relevada por la banda de cornetas y tambores Rosario de Cádiz.
Y por fin llegó el 12 de octubre. Y para variar las previsiones fueron de lluvia. El año venía con «guasa». Por llover, llovió hasta en el Corpus de Minerva. Tras diferentes reuniones entre Obispado, Ayuntamiento y Unión de Hermandades se llegó al consenso de aplazar la Magna Mariana una semana, ya que las previsiones eran mejores para el siguiente sábado. ¿El formato de la Magna debía haber sido otro? Quizás. ¿Se tendrían que haber mejorado algunos aspectos de su organización? Probablemente. Pero lo que no debemos es caer en que un acontecimiento de tal importancia, reconocido tanto regionalmente como nacionalmente, como de primer nivel cofrade, quede empañado con asuntos como el de la aplicación de las sillas, los retrasos, los parones o cualquier otro detalle que pudiera haber sido mejorado. Quedémonos con los Remedios bajo palio más de cuarenta años después, con las dolorosas de las cofradías de nuevo cuño procesionando por primera vez, por ejemplo la portentosa imagen de la Virgen de las Aguas, original de Fernando Aguado que fue bendecida tan solo unos días antes; además de con el resto de estampas históricas que la Magna nos regaló en un año en el que habíamos comenzado con un tal Nelson queriendo fastidiarlo todo. Así que, y con la mente puesta ya en el próximo 13 de abril, Domingo de Ramos, desde MUNDO COFRADE, les deseamos un FELIZ AÑO 2025 sin ningún pariente de Nelson por nuestros alrededores cuando se nos esté acercando la primera luna llena de la primavera.