La patrona de la localidad de Lora del Río, María Santísima de Setefilla, debe su nombre a una porción de tierras que el rey Fernando III el Santo, conquistador de Sevilla, donó en el siglo XIII a la Orden de San Juan de Dios del Hospital de Jerusalén, que por entonces recibía el nombre de Sietefilas, de ahí a la derivación del nombre actual de la patrona.
La Virgen era una imagen de madera de poco más de 70 cm de altura que en su origen recibió la advocación de Nuestra Señora de la Encarnación, a quien la población de Lora del Río juraría el 2 de abril de 1551, el voto de ir perpetuamente en procesión al lugar donde se encontraba, la villa de Setefilla, fundándose la hermandad que le da culto tan solo 30 años después.
La actual imagen es del siglo XX y sería tallada por Agustín Sánchez Cid, ya que la primitiva Virgen de Setefilla fue destruida en los albores de la Guerra Civil, concretamente en 1936, reproduciendo la escena de la imagen primitiva que portaba al niño Jesús en su regazo sentada sobre un castillete.