En 2023 fueron sometido a la asamblea de cofradías de Córdoba los nuevos estatutos para la Agrupación de Hermandades, pero no contó con el respaldo suficiente ya que no alcanzó la mayoría de los apoyos de las corporaciones cordobesas. Por tanto y tras aquellas primeras votaciones se ha elaborado un nuevo proyecto de estatutos para el órgano regidor de las cofradías cordobesas que se encuentra actualmente en periodo de alegaciones, para que se proceda a su votación el próximo otoño, pero por lo que se va conociendo de él, no está dejando indiferente a nadie.
Uno de los asuntos más controvertidos será el de que los hermanos mayores no puedan formar parte también de la Junta de Gobierno de la Agrupación, detalle que por ahora no será incluido en los nuevos estatutos. La idea de incluir este punto era la eliminación de un conflicto de intereses, ya que por ejemplo en la actual Junta son seis los miembros que además de pertenecer a ella, son hermanos mayores de sus respectivas hermandades.

Sobre la incorporación de nuevas cofradías se mantienen los diez años procesionando en vísperas y se incluye que los cortejos deberán estar formados por cien nazarenos si se sale con un solo paso o ciento cincuenta si se trata de dos, además de la obligatoriedad de vestir los cofrades con túnica.
Uno de los aspectos más polémicos podría ser el hecho de que no se permita a cofradías salir desde la Catedral o recogerse en ella, como ocurre actualmente con la Agonía que sale desde allí o la Piedad, que se recoge en la Mezquita; medida que viene impulsada por el Cabildo Catedral que ya se había pronunciado al respecto a través de algunos canónigos que no habían dudado en exponer su disconformidad.

Para que una cofradía se incorpore a un día concreto de la Semana Santa deberá ser aprobado por las que ya procesionan en ese día además de contar con el visto bueno de la Agrupación de Hermandades y Cofradías.
Destaca también que la Agrupación ejercerá labores de arbitraje y conciliación y que toda demanda o reclamación deberá pasar primero por el órgano cofrade antes de acudir al Obispado, además de la creación de un régimen disciplinario que incluso le otorgará la potestad de sancionar a las hermandades, dividiéndose en faltas leves que incluirán la falta de diligencia, el descuido en las funciones y la incorreción en el trato; faltas graves como el incumplimiento de acuerdos de la Estación de Penitencia (podría abarcar a los retrasos en los horarios), o la guarda de secretos y muy graves como la renuncia o la falta hacia la fe católica.