El pasado domingo 19 de octubre, fue presentado, en la Capilla de los Marineros de Sevilla, el cartel anunciador de los cultos y actos del LXXV Aniversario del Dogma de la Asunción de la Santísima Virgen a los Cielos en Cuerpo y Alma, obra del artista José Cabrera Lasso de la Vega.
La obra presenta el rotundo y sereno perfil de Nuestra Señora de la Esperanza de Triana, que emerge majestuosa sobre un fondo beige luminoso, símbolo de pureza y trascendencia. Su silueta, reconocible y venerada, sirve de eje compositivo para acoger una serie de elementos iconográficos que evocan al propio barrio, a Sevilla y sobre todo a la devoción mariana que une a las dos orillas del Guadalquivir.

En torno a la figura se despliegan formas y colores cargados de significado. Los tonos verde agua, evocadores del río que se abre al mar, se funden con un manto imaginario de color buganvilla, color de la pasión, del alma y de las flores que adornan su paso cada Madrugá del Viernes Santo.

El artista entreteje referencias simbólicas y patrimoniales, como el tímpano de la puerta de la Asunción de la Catedral de Sevilla, las trazas de Sánchez de los Reyes en el nuevo manto verde donde el espíritu de Recio aún resuena, o el icónico salvavidas de la Esperanza, presidido por la rosa de los vientos que corona la Glorieta de los Marineros, testigo del paso de la Virgen en su Misión Evangelizadora.

No falta la Capillita del Carmen, emblema de Triana, junto a la figura de Juan Belmonte en el Altozano, evocando el histórico traje de luces que el torero donó a la Virgen. Estos guiños conforman un mapa emocional y devocional de Triana y su historia. Sobre un cielo de nubes serenas, se inscribe el lema con tipografía de José Manuel Peña, “Esperanza, 75 años de Asunción”, acompañado por el corazón coronado sostenido por el ancla, emblema de la misión y la firme fe de la Esperanza, que asciende, simbólicamente, “al cielo”, como reza el título. No en vano, la hermandad fue impulsora en Sevilla de los actos, que hace 75 años, finalizaron con el reconocimiento por parte del papa Pío XII, que la Asunción de la Virgen a los cielos, fuera un Dogma de Fe.