La Hermandad de la Macarena celebra desde hoy y hasta el 21 de diciembre, en la Parroquia de San Gil Abad, el tradicional Besamanos a María Santísima de la Esperanza Macarena, con motivo de la festividad de la Expectación del Parto de la Santísima Virgen y del centenario del primer Besamanos a la Virgen de la Esperanza; con el siguiente horario: de 7:00 a 9:00 horas en turno exclusivo para hermanos previa acreditación con el DNI y entre las 9:00 y las 20:00 horas ininterrumpidamente para fieles y devotos.
Para acceder habrá que seguir un itinerario debidamente señalizado, entrando por la puerta principal de la Parroquia y saliendo por la Basílica de Santa María de la Esperanza Macarena, con el objetivo de facilitar una circulación fluida y evitar largas esperas en la cola para acceder a la Parroquia de San Gil Abad, donde este año se celebrará el Besamanos con motivo de su centenario. El itinerario por el exterior que ha sido recomendado por el CECOP es peatonal desde la plaza de San Gil, acera de calle San Luis y Arco de la Macarena.

Como en años anteriores, y por consideración hacia las personas que aguardan de pie, la Hermandad recuerda la imposibilidad de realizar fotografías posadas junto a la Virgen que supongan detener el avance de la fila. No obstante, estarán permitidas las fotografías habituales siempre que no impliquen la paralización del recorrido.

Los días 18 y 19 de diciembre de 1925 quedaron grabados como una de las efemérides más significativas en la historia de la Hermandad de la Macarena, cuando la Santísima Virgen de la Esperanza se presentó en Besamanos ante miles de fieles que abarrotaron la Parroquia de San Gil, dando inicio a una práctica devocional en las dolorosas que con el tiempo se convertiría en modelo de referencia.

Con motivo del centenario de aquella histórica jornada, la Hermandad de la Macarena retorna a la Parroquia de San Gil para conmemorar tan señalado acontecimiento. Para ello, se ha desarrollado un minucioso trabajo de documentación que ha permitido reinterpretar el majestuoso altar efímero de 1925, emulando la disposición original de los elementos que conformaban aquel aparato de cultos, mediante piezas propias de la Hermandad y generosas cesiones de otras corporaciones.

Enmarcado por un rico cortinaje, el conjunto cuenta con más de cuarenta puntos de luz que configuran el marco perfecto en torno a la Santísima Virgen de la Esperanza, recreando fielmente la atmósfera de aquel histórico Besamanos. Considerando la celebración de la Expectación de la Santísima Virgen, el mensaje litúrgico que quiere transmitir este altar consiste en presentar a Jesucristo muerto en la Cruz enmarcado en este gran dosel que nos evoca a la Santísima Virgen de la Esperanza, cuya advocación primitiva es el tabernáculo del cuerpo vivo de Jesús, que fue entregado para la salvación de la humanidad por Él mismo desde el altar de la Cruz.

Asimismo, para esta ocasión extraordinaria, se ha querido reproducir el atavío que la Santísima Virgen lució durante su estancia en San Gil en 1925. Cabe recordar que, en aquella fecha, Juan Manuel Rodríguez Ojeda se encontraba apartado de las labores de prioste y vestidor de la Hermandad, siendo José Castro el responsable del atavío de la Virgen para tan memorable acontecimiento.
No obstante, esta recreación pretende también rendir homenaje a la figura de Juan Manuel Rodríguez Ojeda y a su decisiva vinculación con la Hermandad de la Macarena, reconociendo un legado artístico que marcó una época y trascendió fronteras en la historia del arte sacro sevillano. Heredero de la impronta de Antonio del Canto y Teresa del Castillo, Rodríguez Ojeda elevó la iconografía de la Virgen de la Esperanza, con manto verde y saya blanca, mediante la búsqueda de la naturalidad y la expresividad, plasmadas en tocados asimétricos y airosos.
Con este espíritu evocador, la Santísima Virgen de la Esperanza se presenta ataviada con el histórico manto camaronero, obra de Juan Manuel Rodríguez Ojeda, que celebra en esta ocasión su CXXV aniversario, acompañado por la conocida saya del arco (Sucesores de Elena Caro, año 2000) y la réplica de la toca de los rombos, realizada por Francisco Carrera Iglesias en 2008.
Además se da la circunstancia de que es la primera vez que la viste su nuevo vestidor, el jerezano José Carlos Gutiérrez que ha debutado como tal en una ocasión tan importante como el Besamanos conmemorativo del primer centenario de que la Virgen fuera expuesta y tras un periodo de restauración que ha durado casi medio año.
