David Puerto Román demostró en su pregón de la Semana santa de 2025 al Jerez cofrade que se puede ser hombre de iglesia y cofrade a la par, que no es incompatible una cosa con la otra y que es fundamental para esta manera tan nuestra de entender las cofradías dentro de la Madre Iglesia.
En la edición de este año no se contó con la presencia del obispo, que se encontraba en el Rocío, quien estuvo representado por Juan Azcárate, delegado episcopal para los asuntos jurídicos de hermandades y cofradías, estando también presidido el acto por la alcaldesa de Jerez María José García-Pelayo y el presidente de la Unión de Hermandades José Manuel García Cordero.

Un «ultra de las Viñas» tal y como se autocalificó el propio pregonero que ya con las marchas que abrieron el acto dejó claro los derroteros por donde iría su pregón que con los sones de la Banda Municipal, a la que Puerto reivindicó se interpretaría Reina de los Ángeles, Concepción de las Viñas Coronada y Esperanza de la Yedra.
Presentado al alimón por Jaime Betanzos y Águeda Manzano, recorrieron diversos aspectos de su vida profesional y personal e incluso la faceta musical, desconocida por muchos, del pregonero y la flauta que le acompañaba siempre en su juventud.
Alabó la labor de las nuevas hermandades, de las cofradías de barrio y dio un fuerte palo a las pseudo corporaciones de los viernes de Dolores. Nombró absolutamente a todas las hermandades, haciendo especial mención a sus cofradías de la Sagrada Mortaja, las Viñas y la Entrega, dejando para el final a la devoción de su abuelo, la Esperanza de la Yedra ante quien el pregonero se entregó ofreciéndole los últimos versos de un pregón de esperanza en el año jubilar de la Esperanza, recalcando una y otra vez que «siempre la Esperanza».